Los láseres se utilizan con éxito en varios campos de la medicina, como la oftalmología, la ginecología, la dermatología y las cirugías cosmética y general. En muchas aplicaciones, los láseres han pasado a ser el método de tratamiento preferido.


Por su efecto analgésico y antiinflamatorio, puede utilizarse como auxiliar en tratamientos derivados de traumatismos dentarios, inflamatorios, y en algunos casos, como complemento en tratamientos postoperatorios en combinación con analgésicos.


Se puede emplear en el tratamiento para atender la hipersensibilidad en la dentadura, ya que ha demostrado notables y satisfactorios resultados.


Se considera una buena alternativa como auxiliar en tratamientos postoperatorios, ya que cuenta con características bioestimulantes que pueden favorecer la cicatrización.


En el área de ortodoncia y por sus propiedades analgésicas, sirve para disminuir el dolor después de llevarse a cabo ajustes ortodóncicos, en los que las piezas dentales quedan sensibles y pueden ocasionar dolor en el paciente por los movimientos de las mismas.


Ayuda a tratar lesiones de la mucosa bucal. Algunas de las más populares son las queilitis, quemaduras, queloides, la mucositis por radio o quimioterapia, entre otras.


En casos donde hay presencia de dolor orofacial, reduce el dolor muscular. En cuanto a parestesia, ayuda a reactivar la sensibilidad de algún nervio del rostro. Sin dudas los beneficios del láser en odontología han sido una evolución en tratamientos y calidad de vida para el paciente.